El país que llevamos dentro
Cada julio parece que el país se pone de pie, sacude el polvo y respira hondo, como si quisiera recordarnos que sigue ahí. La patria cuelga de las ventanas. Respira en balcones y techos, agitada por un viento que no entiende de discursos. La ciudad se llena de franjas rojas y blancas, ordenando por unos días el desorden que somos. Pero la patria, la verdadera, nunca se deja atrapar en un color ni en una fecha.
Está en la voz que llama desde lejos y pregunta primero por la familia antes de hablar de cualquier urgencia. Vive en la costumbre de dar lo que no sobra, en ese gesto inmediato de........
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