Nadie sabe para quién trabaja
Hay un denominador común y una realidad insoslayable sobre los últimos presidentes del Perú: prácticamente todos están procesados por corrupción; uno purgó 12 años de cárcel, otro se suicidó para evitar la cárcel y ahora ya tenemos a cuatro de ellos tras las rejas, lo que significa evidentemente el deterioro de la imagen y función de la primera magistratura del país, manchada por la corrupción y la deshonra.
Esta premisa cuestiona abiertamente, primero, la resolución del Tribunal Constitucional que se sustenta en la inmunidad que tiene el presidente y que supuestamente zanja con una premisa apócrifa, dizque no........
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