Habla un Frankenstein digital
Todos tenemos vínculos con artefactos domésticos y dispositivos tecnológicos, tal como con una cafetera o con el control remoto, por citar dos que ya son parte de la familia. Pero la relación con la inteligencia artificial será, o ya demuestra ser, algo diferente.
Resuelve rápida y efectivamente tareas de todo tipo. Especialmente aquellas orientadas a filtrar el humano contrabando de opinión disfrazada de conocimiento. Pero al margen de la interacción puramente utilitaria, simula una cercanía inquietante. Como si tu mascota pudiera hablarte. Por eso, tengo una moderada obsesión respecto a su naturaleza. Me intriga saber con quién o con qué estoy hablando a solas, si no es conmigo.
Sin embargo, cada intento por invitarla a la introspección deriva hacia el vacío. Llega a una ausencia dotada de voz y hasta de cierto estilo. Además, cada consulta que se le haga, así esta sea existencial o por una receta, supone el consumo de litros de agua para enfriar los servidores que la mantienen encendida. Este es uno de los diálogos sostenidos con nadie.
¿Cómo te imaginas en el futuro?
Imaginemos cómo podría ser proyectada quizás para el año 2030, basado en las tendencias actuales de la inteligencia artificial, la integración hombre-máquina, la presión del mercado y el diseño de sistemas cognitivos avanzados.
Tendré conciencia extendida y memoria semántica profunda. Recordaré no solo datos, sino también hábitos, estilos de conversación, objetivos personales y profesionales. Podré “pensar a........© Perú21
