Se acabó la primicia, compitamos por la veracidad
Vivimos en un mundo en donde el rumor tiene más velocidad que Max Verstappen; el chisme más alcance que la sirena de un patrullero y, peor aún, más ‘veracidad’ que una fuente oficial. Los rumores se alimentan de la única verdad: “Alguien me lo contó”, “me llegó por WhatsApp” o “lo vi en TikTok”. ¿La fuente? No importa, es irrelevante. ¿La verificación? No es necesaria, total, “si está circulando es porque debe ser verdad…, ¿no?”.
Existen dos variables para que el rumor circule: “La importancia del hecho y la ambigüedad de la prueba o los testimonios”, así concluye la investigación exhaustiva que hicieron Gordon W. Allport y Leo Postman, de la Universidad de Harvard, sobre el problema de........
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