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Julio es también el mes de Eliseo Alberto

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04.07.2025

Eliseo Alberto puso fin a su versión definitiva de Informe contra mí mismo un 2 de julio. 23 años después de ese instante, que tuvo lugar en la Ciudad de México, leo esta obra suya editada por Alfaguara: casi 400 páginas, un desguazadero de la nostalgia.

¡Qué libro para zambullirse en la poética de un escritor que expone el sentimiento de una generación frustrada en ilusiones hechas para seducirlos! Y se trata, como bien apuntó Rafael Rojas, de la obra de “un heredero”, de otro integrante de una estirpe de creadores que mucho ha aportado al pensamiento y a la identidad nacional.

Eliseo Alberto es el jimagua de Josefina de Diego, hermano de Constante Diego e hijo de aquel poeta origenista que en 1993 —por cierto, en julio— ganara el Premio Internacional de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo; lauro “justo, pero tardío”, como escribió Saramago en sus Cuadernos de Lanzarote, en los que afirma además que el cubano Eliseo Diego era uno de los grandes poetas del siglo XX.

También, como su familia, resultaba un “centro de interés estratégico” para la Seguridad del Estado, por las muchas visitas que recibían del extranjero, que entonces era más extraño que recibir hoy a un visitante del espacio extraterrestre. A Eliseo Alberto le hicieron la descarada oferta de que escribiera informes sobre lo que sucedía en aquellos ambientes de relajada conversación. “La guerra es la guerra”, se justificaron. El control total se había naturalizado y las formas de involucrar eran sutiles.

“… el fuego que allá alumbra / es el de tu corazón: / no lo malgastes”, escribió Reina María Rodríguez, y es uno de los versos escogidos para introducir cada capítulo. En este caso, así se lee en el prólogo, donde las cartas quedan sobre la mesa, y el alma en tránsito por su viaje circunstancial.

Fue poeta, como su padre, aunque de sus versos apenas he visto más que lo que asoma, supurante, en su prosa. Hasta hace poco, solo contaba con referencias: un fragmento de novela leído al azar, algún artículo, o tal vez —sí— la certeza de su talento revelado en guiones como El elefante y la bicicleta, En tres y dos........

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