El tumbao de Senén Suárez
El guitarrista y compositor cubano Senén Suárez pudo haber revertido la discreta existencia al final de su carrera tan solo con aceptar la propuesta de Ry Cooder. El productor estadounidense le preguntó si estaba dispuesto a tocar la guitarra junto a él en un nuevo disco y Suárez no aceptó. Para entonces sentía falta de entrenamiento y un mes, que fue el plazo previsto por Cooder, no era lo suficiente para recuperar sus recursos como instrumentista, según contó el propio Senén.
No puedo precisar si su lugar lo ocupó el gibareño Manuel Galbán en lo que resultó el trabajo discográfico Mambo Sinuendo (2002) o si se trata de proyectos distintos desde su concepción; lo cierto es que para la fecha en la cual se concretaba la grabación por la que Cooder y Galbán ganaron un Latin Grammy en 2003, cumplidos los ochenta Senén Suarez seguía dedicándose a la investigación musical.
Sus esfuerzos estaban puestos en recuperar la memoria de una época dorada para la música cubana, como no dudó en llamar a los años cuarenta y cincuenta del siglo XX. Dio a conocer datos que estuvo juntando durante años en una actividad frenética por la que obtuvo elogios de colegas músicos e investigadores.
A ese esfuerzo por la reconstrucción de unos años de estupenda ebullición musical, se deben materiales como el libro Las Raíces del Son, documento sobre el nacimiento y auge del Sexteto Habanero que la musicóloga María Teresa Linares definió como “un trabajo de gran valor”. En la introducción escrita por ella para el texto lo califica como el “testimonio de uno de los músicos que tuvo activa participación en el quehacer sonero, en la década de los cincuenta y sesenta”.
El propio Cooder había ayudado a rescatar y universalizar figuras y ambientes de los que fue protagonista Senén Suárez, nacido en Manguito, Matanzas, en 1922. El proyecto Buena Vista Social Club resume el espíritu de años durante los que destacó como compositor de sones, boleros, guarachas, guajiras y montunos interpretados junto a grupos reconocidos, armados para circunstancias particulares, propios o que popularizaron intérpretes como Benny Moré, Orlando Vallejo o Celia Cruz.
Lo del disco en el que no llegó a estar en los años noventa, así como los detalles de su vida, lo contó Senén Suárez en el blog que alimentaba con remembranzas y textos escritos para sitios como el portal Cubarte.
En ellos recordaba anécdotas y aportaba detalles reveladores de aquel momento musical, aupado por un favorable ambiente, prolífero en estaciones de radio y plataformas de lanzamiento a prueba de calidad como bares, clubes y cabarets que hicieron de la música cubana un imperio global.
Llego ahora a Senén Suárez no por un azar de la red o........
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