Los imprescindibles (I)
“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida; esos son los imprescindibles”, escribió el dramaturgo alemán Bertolt Brecht.
En Bolivia, en vísperas del Bicentenario de su independencia, hay un puñado de nombres que resumen esa calidad. Los imprescindibles, los que deberíamos conocer mejor, los que deberían llenar los estantes escolares y los titulares de suplementos mediáticos; los verdaderos héroes de la patria. Sin ellos, es difícil entender cómo este pedazo de tierra sobrevivió independiente durante estos doscientos años.
Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá (Cumaná, 1795-1830), estratega y militar venezolano, organizó la administración pública desde las cenizas dejadas por 16 años de guerra civil. Intentó crear un ejército digno; una policía interna capacitada; ministerios eficientes y poco burocráticos; un sistema educativo para alfabetizar a todos hasta 1830; y un sistema electoral escalonado desde las parroquias hasta el último rincón. En su honor, la capital de Bolivia se llama Sucre. Salió de Bolivia herido por un complot y murió asesinado en Berruecos.
José Ballivián Segurola (La Paz, 1805-1852) nació en una familia aristocrática colonial. Comenzó su carrera militar en filas realistas hasta rebelarse junto a otros jóvenes, con los que ingresó a la guerrilla de José........
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