Contra el fútbol femenino y otros contras
Final de la Eurocopa: España - Inglaterra, en imágenes. / Agencias
Hago mío el reconocido título del libro «contra los periodistas» que el mordaz Karl Krauss escribiera en la Viena finisecular, la más divertida y contundente diatriba contra la decadencia del Imperio austro-húngaro, solo superada por la fina sátira sobre nuestro carácter nacional del queridísimo Luis G. Berlanga.
Dicho lo cual me gustaría reflexionar sobre el tsunami mediático, y su consecuente efecto social, desatado en torno al fútbol femenino a raíz del campeonato mundial de 2023 que ganó España. El acontecimiento se multiplicó de forma exponencial por mor del beso macarra que el presidente de la federación le propinó a una de las jugadoras, Jenni Hermoso, multifamosa desde entonces.
Aquel feo encontronazo sirvió para socavar las estructuras de la propia federación de fútbol, carpetovetónicas a más no poder; y empleo el mismo término que utilizó durante años José María García, Butanito, para calificar el inmovilismo autárquico de dicha institución balompédica. La marea no solo se llevó por delante a Rubiales, al entrenador Vilda y a unos cuantos más que aplaudieron a la búlgara al presidente federativo en su penúltimo gesto de chulería asamblearia.
A partir de entonces, paradojas de la vida, el fútbol femenino se ha ido convirtiendo en una nueva atracción lúdica e informativa. Se retransmiten sus más importantes partidos por........
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