Columna de Gonzalo Cordero: Cuestión de prioridades
Las sociedades que no crean riqueza a un ritmo sostenido y alto están condenadas a la pobreza y con ella al sufrimiento, las injusticias, la frustración y los padecimientos que caracterizan al subdesarrollo. Sin la libertad, que da rienda suelta a la creatividad y permite recompensar el esfuerzo personal, ningún país ha alcanzado el desarrollo. Los proyectos basados en un Estado fuerte que intenta conducir la economía, asignar bienes, derechos y oportunidades, solo han sido, al decir de Hayek, un camino de servidumbre.
Allí donde se progresa, donde hay emprendimiento, necesariamente hay lucro y también desigualdad. Es inevitable, es el precio a pagar para que todos puedan tener, al menos, un nivel de vida digno y múltiples oportunidades que hagan realidad la mayor promesa del orden........
© La Tercera
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