La compra del gobierno de Gustavo Petro de los aviones supersónicos Gripen ha enfrentado esta semana una oleada de críticas por las dudas en el costo final del contrato. No es un asunto menor por el tamaño de la compra: 16,5 billones de pesos por 17 aviones de guerra. Las críticas surgen porque siempre se consideró a los Gripen como la opción más barata para el país, pero salió más costosa de lo esperado.

La opción de los Gripen fue defendida por CEO de la empresa sueca Saab, Michael Johansson, como la opción más económica para Colombia y en 2022 dijo que la oferta que le habían hecho al país era de 10 billones de pesos, entre de 2.500 y 2.400 millones de euros. Hoy la compra se cierra por 3.135 millones de euros, un costo similar a los precios conocidos de las ofertas iniciales que presentaron sus competidores: los F-16 estadounidenses y los Rafale franceses.

El gobierno Petro ha defendido la compra diciendo que el contrato es por un paquete que va mucho más allá de los aviones y que no se está teniendo costos adicionales como el armamento y los repuestos. “El conjunto es lo que vale este tipo de valor, que da un valor unitario de 215 millones de dólares, que se compara a veces con aviones pelados: sin apoyo logístico, sin armas, etc.”, dijo Petro el miércoles, en una alocución presidencial.

El lío es que no se conocen oficialmente ni los detalles de las ofertas presentadas inicialmente ni los detalles del contrato final firmado, porque gozan de reserva por seguridad nacional según dijo el ministro de Defensa, Pedro Sánchez. La opacidad en la información de la compra militar más grande del siglo en Colombia ha alimentado la especulación, sobre todo después de un informe periodístico de un medio sueco que mostraba los lujos con los que vive la primera dama, Verónica Alcocer, en Suecia.

El exsecretario de Transparencia de Juan Manuel Santos, Camilo Enciso, envió una carta al gobierno sueco pidiendo investigar esa compra por supuesta corrupción y el precandidato presidencial de derecha, Abelardo De La Espriella, ha pedido al gobierno gringo que vete el motor estadounidense con el que funciona el Gripen. Ante las críticas, el MinDefensa ha dicho que entregarán toda la información a los entes de control, con la debida reserva, porque el proceso fue transparente. La Contraloría ya informó que abrirá una investigación al proceso contractual.

Tras anunciar al principio de su mandato que renovaría a la obsoleta flota de los Kfir,

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