Tarde o temprano, por Guido Croxatto y Eugenio Zaffaroni
La ONU nos ha exigido, para tomar el Caso Castillo, renunciar al sistema interamericano. Parece curioso que a víctimas que han padecido tanto, se les exija además “renunciar” a un sistema para que su caso sea tomado por otro, cuando el primero no parece avanzar, como sucede con el caso de Castillo en el sistema interamericano hace más de dos años. Lo que cunde en la región es, por desgracia, la desprotección jurídica. El contraste de estas exigencias formales con la apatía (“neutralidad”) de esta hermosa ciudad suiza, parecen elocuentes. Parece haber un hilo rojo entre las “exigencias” formales a víctimas lejanas, de las que estos sistemas no se ocupan, y los hoteles frente al lago copados por delegaciones millonarias de países que no sobresalen por su respeto a los derechos humanos.
Parece curioso que haya que venir tan lejos, a un lugar tan elegante y opulento como Ginebra, la ciudad donde está enterrado Borges, a defender derechos humanos muy básicos. Parece contradictorio con las realidades tan duras donde los derechos se vulneran a diario venir a una ciudad de millonarios con tiendas caras, como Prada, Louis Vuitton o Gucci, frente a un lago con cisnes resguardados que nadan en paz, ajeno a las realidades que laceran el mundo. El Palacio Woodrow Wilson, en honor al fundador de la Sociedad de las Naciones (Sociedad que naufragó porque no pudo evitar la proliferación de armas) no está........
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