Redefinir el Futuro de la Industria de Petróleo y Gas Parte IV: Aprovechar la Luna de Miel, por Néstor Suárez
En los tres artículos anteriores de la presente serie referente a nuestra propuesta para la privatización de la industria venezolana de petróleo y gas, presentamos primero el diagnóstico; seguidamente, a grandes rasgos, la solución planteada; y, en la tercera entrega, formulamos su implementación con mayor detalle. En el presente artículo, cuarto y último de la serie, explicamos los motivos que justifican ejecutar con carácter de urgencia dicho plan privatizador.
Muchos amigos cuyas opiniones valoramos y respetamos enormemente, algunos de ellos expertos con dilatadas y exitosas carreras en la industria de petróleo y gas, han manifestado que no es el momento de emprender un proyecto privatizador del alcance planteado. Argumentan que hay profundos problemas de variada índole y una enorme limitación de recursos. Los amigos tienen razón, sobran los problemas y faltan los recursos. Pero es precisamente por ello que debemos privatizar de inmediato, no hay tiempo que perder. A continuación, explicamos los argumentos que nos llevan a esta conclusión.
The Honeymoon Period
En la política de Estados Unidos, los analistas han acuñado la expresión “el período de luna de miel” para referirse a los inicios de una nueva administración, por lo general unos pocos meses. Durante este breve período, el nuevo gobierno experimenta un aumento de su popularidad y se genera un amplio respaldo para la implementación de sus políticas, tanto por parte del congreso como de los medios y el público en general. Venezuela no escapa a esta dinámica política que se explica por la esperanza de la gente en un futuro mejor.
Por otro lado, la experiencia histórica enseña que el ejercicio del poder desgasta la popularidad de los gobernantes. Incluso si se trata de un gobernante sabio y prudente, rodeado de ministros honestos, competentes y profundamente conocedores de las materias de sus respectivas carteras. Pero también si es un gobierno populista que reparte dinero alegremente. Más tarde o más temprano, la erosión de la popularidad del gobierno, de todos los gobiernos, es un fenómeno inexorable. En la medida que pasa el tiempo y se ejecutan los programas, el gobierno pierde popularidad.
Pero en la actual Venezuela, a la normal pérdida de popularidad, se suma la terrible presión social que significa que más del 80% de nuestra población vive en pobreza; y de estos, más de la mitad se encuentra en pobreza crítica o extrema. Las posibilidades de un estallido social van a estar siempre latentes; y estamos conscientes que la ejecución del ambicioso proyecto privatizador que se plantea será una tarea que tomará tiempo ejecutarla debidamente. Las bondades de sus frutos no serán evidentes de inmediato; los venezolanos las irán percibiendo paulatinamente.
Todo lo anterior nos lleva a concluir que el plan privatizador; con sus respectivas enmiendas constitucionales y nuevas leyes orgánicas; organización de los activos en empresas a ser registradas en la Bolsa de Valores de Caracas; y, convocatorias a licitaciones internacionales públicas y transparentes; debe iniciarse de inmediato mientras el nuevo gobierno disfrute de un sólido apoyo durante la luna de miel.
Las Lecciones de Nuestra Historia
Nada se parece más a nuestras actuales circunstancias que el siglo XIX, cuando nos independizamos del imperio español. Venezuela........
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