Pedro Carmona Estanga: Los tentáculos de la violencia
La violencia se enseñorea en el complejo mundo en que vivimos, y muy en particular en la desveladora América Latina y el Caribe. El narcotráfico, la minería ilegal, la violencia política y otras formas de acción del crimen organizado, provocan justificadas alarmas y preocupaciones.
Los carteles de la droga han tomado fuerza en el mapa latinoamericano, muy en especial en México, Colombia, Venezuela, Ecuador, y en países centroamericanos que sirven de puente al narcotráfico como es el caso de Honduras y Guatemala. Es también llamativo el caso de Haití, convertido en un Estado fallido, controlado por bandas criminales de la peor calaña. En el caso de Venezuela, destaca la presencia activa e impune en el país del ELN colombiano y las disidencias de las FARC o Segunda Marquetalia, situación públicamente admitida por el presidente colombiano Gustavo Petro, aliado de Maduro, quien recientemente llegó a solicitar un mayor control de dichos grupos en Venezuela.
El problema de la minería ilegal, también existente en Colombia, es grave en el caso de Venezuela, pues grupos irregulares sedientos de riqueza, y corruptos no combatidos por las fuerzas de seguridad, están provocando un colosal ecocidio en parques naturales y zonas protegidas del sur del país, en el llamado arco minero de Guayana. Allí, en un ambiente de anarquía se extraen toneladas de oro, diamantes, coltán y otros minerales, causando la depredación del medio ambiente, irreversible en suelos y ríos de tan alta vulnerabilidad, dejando eso sí, pingües ganancias a la ilegalidad, y a quienes actúan bajo las sombras del gobierno que usurpa el poder en Venezuela.
En Colombia, el narcotráfico se ha disparado hasta cerca de 300.000 hectáreas sembradas de coca, y a una curva exponencial de exportaciones de cocaína, un alto porcentaje de las cuales sale a través del territorio venezolano, donde existen ya laboratorios de........
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