Dos bodas legendarias, por Omar Estacio
Dos bodas, distantes en lo geográfico, lo social, en el imaginario popular, aunque cercanas en el tiempo, han acaparado la atención general las últimas semanas.
La novia del primero de los casamientos, fue Marie Caroline Elisabeth Immaculata von und zu Liechtenstein, Alteza Serenísima, Princesa y Condesa de Rietberg, hija única de Alois, príncipe heredero de Liechtenstein y nieta, por consiguiente, de Su Alteza Real, Hans-Adam II, actual monarca del referido principado. La feliz recién desposada, además de pertenecer a la realeza europea más rancia; de haberse educado en escuelas y universidades muy costosas, es generosa mecenas cultural, valida de la fortuna familiar, estimada en la bicoca de USD 11.700 billones.
—¿Tan poquito? —se encogió de hombros, despectivo, desdeñoso, desde este lado del Atlántico, el padre de la novia del segundo de los casamientos aludidos al comienzo. Un generalote, muy madrino quien se considera con derecho a dedicarle una sonora trompetilla a los millones y millones amasados por la nobleza en cuestión, por irrisorios. Y así son, para........
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