Nelson Chitty La Roche: Del curso de la precarización en Venezuela
“Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.” Atribuida a Abraham Lincoln
Recuerdo que en algún curso de formación de los que recibí en Ifedec, en tiempos de Arístides Calvani, escuché una frase atribuida a un pensador cristiano que voy a parafrasear apenas, para no tergiversarla desde mi memoria: “Solo lo cotidiano es importante, las cosas sencillas comunes a toda la gente. Lo demás, viene a continuación.”
El sentido de esa afirmación, sin embargo, puede para unos referirse a la sencillez de la experiencia vital y su valoración. Tal vez algunas pasiones o debilidades nos apartan de ese enfoque modesto y sin embargo rico que resulta de asumir con humildad ese tesoro que es la vida.
Empero, el asunto puede verse desde otro ángulo, que no es lejano pero que resalta; evoco la realidad de la rutina que puede revelarse lacerante y dolorosa. Infinidad de situaciones y episodios del género que traigo a colación conocemos a diario porque son noticia, pero no apunto al drama diario de Gaza o a las matanzas, violaciones, persecuciones en Siria a cristianos y drusos que nos llenan de una comprensible indignación. Estoy pensando en nuestra propia tragedia, que se alarga y se profundiza lamentablemente.
Soy profesor de la Universidad Central de Venezuela desde hace décadas y a menudo advierto el coraje resiliente que los que allí se desempeñan exhiben, profesores, estudiantes, empleados, obreros, por lo general en solemne silencio, a medida que la precarización de sus vidas se hace no solo inocultable sino además ofensiva.
Un vigilante de un edificio que frecuento me pedía que revisara su cálculo de fideicomiso y de vacaciones. Tiene casi treinta años trabajando allí.........
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