Marcos Hernández López: Venezuela transita una renovada anomia social
La anomia social es un concepto fundamental en sociología, popularizado por Émile Durkheim, que describe un estado de falta de normas, valores y expectativas claras en una sociedad o en un individuo. Se caracteriza por la disolución de los estándares y valores morales que regulan el comportamiento colectivo, lo que lleva a una sensación de inestabilidad, desorientación y falta de propósito.
Émile Durkheim introdujo la anomia en su obra «La División del Trabajo Social» (1893) y la desarrolló en «El Suicidio» (1897). Para Durkheim, la anomia surge cuando la sociedad atraviesa cambios sociales rápidos y profundos (como la industrialización), que debilitan la «conciencia colectiva» y los antiguos principios de estructura y orden. En este contexto, las reglas sociales se vuelven inciertas, y los individuos pueden sentirse desvinculados, sin guía y con una «voluntad insaciable» que no puede ser satisfecha.
Durkheim no la definió como una «ausencia de normas», sino como un desajuste o «desorden» donde los deseos individuales no tienen límites ni regulación social. Posteriormente, Robert K. Merton retomó el concepto de anomia en el siglo XX, enfocándose en la discrepancia entre los fines culturales (metas socialmente valoradas, como el éxito material) y los medios institucionalizados (formas legítimas de alcanzar esas metas). Cuando las oportunidades para alcanzar los fines culturales son desiguales, se genera frustración y las personas pueden recurrir a comportamientos desviados.
En nuestro contexto, la anomia social es un fenómeno que se manifiesta a diario en el estado anímico y en el comportamiento social del grupo afectado, los venezolanos. Es la respuesta a la desesperanza, ausencia de fe y a las desigualdades políticas, sociales y económicas; conectadas de manera directa a la corrupción, al nepotismo, a la injusticia. En otras palabras, la anomia social ha transfigurado el carácter social de los........
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