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Más allá del barril: lo que Chevron y otras petroleras podrían ver en Venezuela, por David Morán Bohórquez

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20.08.2025

La electrificación, la descarbonización y los nuevos vectores energéticos abren un horizonte donde los activos y capacidades de Venezuela podrían revalorizarse más allá del petróleo crudo.

Hasta ahora, ninguna fuente de energía primaria ha sido -en la historia de la humanidad- realmente abandonada. El carbón, la biomasa, el petróleo, el gas natural, la nuclear y las renovables coexisten, adaptándose a las necesidades de un mundo en constante crecimiento. Sin embargo, dos megatendencias globales se consolidan de manera irreversible: la electrificación de la demanda energética y la descarbonización de la matriz energética.

La electrificación significa que cada vez más procesos en la matriz energética, desde el transporte hasta la industria y los hogares, dependen de electricidad como vector energético.

Según Ember, en 2007 la electricidad superó al petróleo como principal fuente de energía útil a nivel mundial, es decir, la energía que realmente consumen los usuarios después de conversiones y pérdidas, como la electricidad que llega a casas, el combustible para transporte o la energía utilizada en procesos industriales.

La descarbonización implica que la mayor parte de las nuevas adiciones a la matriz de producción de electricidad son energías renovables: solar, eólica, hidrógeno y biocombustibles. En este contexto, el papel del petróleo y el gas cambia: no desaparecen, pero se integran en un ecosistema energético más diversificado y sostenible.

En 2023, el carbón representó el 35% de la generación eléctrica global, mientras que el gas natural alcanzó el 23%. Sin embargo, las fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica, contribuyeron con el 13,4% de la generación eléctrica global.

En 2024, la participación de las fuentes de energía limpia superó el 40% de la generación eléctrica mundial por primera vez desde la década de 1940. Este hito fue impulsado principalmente por la energía solar, que fue la fuente más grande de nueva electricidad, con una contribución de 474 TWh a la red.

En resumen, mientras que el carbón alcanzó su pico en 2013 y el gas natural en 2020, las mayores adiciones a la matriz eléctrica mundial provienen de fuentes renovables, reflejando una transición hacia una generación eléctrica más limpia y sostenible.

Todas las grandes petroleras, desde Aramco y ExxonMobil hasta Shell, Repsol y Chevron, han comenzado a expandir su portafolio hacia........

© La Patilla