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Luis Alberto Perozo Padua: Un secuestro con repercusión diplomática durante la Revolución Legalista

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18.09.2025

En plena revolución, un joven mensajero danés fue reclutado a la fuerza en La Guaira. Su secuestro provocó la protesta conjunta de tres naciones y dejó al descubierto cómo la diplomacia podía tambalearse ante la arbitrariedad militar en tiempos de guerra civil en Venezuela

En los días turbulentos de la Revolución Legalista de 1892, la violencia y la improvisación marcaron la cotidianidad de los puertos venezolanos. Fue en La Guaira donde un episodio singular puso a prueba las relaciones diplomáticas de tres países. El protagonista involuntario fue William Collins, conocido familiarmente como Willie, un joven de origen danés nacido en Saint Thomas y empleado como mensajero en la legación estadounidense bajo las órdenes del cónsul Phillip C. Hanna.

La situación política era caótica. Tras el intento de reelección de Raimundo Andueza Palacio, estalló una guerra civil que enfrentó al gobierno continuista con las tropas de la llamada causa legalista, encabezada por el general Joaquín Crespo Torres. En medio del conflicto, la ciudad de La Guaira se hallaba bajo ley marcial, sometida al mando del general Luciano Mendoza, quien se autoproclamó jefe del poder ejecutivo tras la huida de Andueza Palacio y sus vicepresidentes.

Mendoza no dudó en imponer reclutamientos forzosos para engrosar sus filas. Así fue como Collins, pese a su condición de extranjero y protegido consular, fue apresado por un escuadrón. Los soldados lo arrastraron como a un desertor cualquiera, ignorando el hecho de que, en virtud del derecho internacional, ningún diplomático ni empleado de legación podía ser sometido a servicio militar.

En un intento desesperado por evitar su destino, Willie logró soltarse y corrió hacia la casa del cónsul inglés Martin........

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