Cuando la economía dicta el destino político, por @ArmandoMartini
Hay casos, en los que, los números económicos trascienden la estadística para convertirse en el epitafio político de un tiempo. Cuando la hiperinflación se vuelve cotidiana; comprar alimento y medicina requiere maletas de dinero, y millones prefieren el exilio antes que la esperanza, estamos frente a algo más que una crisis. El derrumbe de un proyecto político. La economía, en su expresión más brutal, se convierte en juez implacable que dicta sentencias políticas, indicando la conclusión de un ciclo histórico que juró transformación y entregó desolación.
La historia manifiesta que se sobrevive a tempestades, pero raramente, se logra superar la combinación letal de colapso económico y pérdida de legitimidad popular. Hoy, se puede observar, cómo estas fuerzas convergen en un escenario que anuncia el término de una época.
La inflación galopante, no es solo un fenómeno abstracto, es la materialización del fracaso de un modelo que prometió convertir un país en potencia. Sin embargo, el ciudadano siente cómo su salario se evapora, la moneda nacional pierde la función básica como reserva de valor, y la credibilidad se desmorona.
El desmedido e incontrolable aumento en el precio de bienes y servicios........
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