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Antonio De La Cruz: Sin verdad, no hay salida

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23.04.2025
Antonio De La Cruz

“Todo le puede ser arrebatado al ser humano, salvo una cosa: la última de las libertades humanas —elegir su actitud en cualquier circunstancia dada, elegir su propio camino”.

Viktor Frankl

Venezuela atraviesa un duelo colectivo. Más allá del ruido de las redes sociales y de los titulares fugaces, lo que se percibe en el alma de su gente es una profunda sensación de pérdida: de país, de proyecto común, de futuro. No se trata solo del exilio o del colapso económico. Se trata de una herida emocional compartida por millones que, habiendo puesto su fe en el proceso del 28 de julio de 2024, vieron cómo la esperanza de un cambio democrático fue nuevamente traicionada cuando el régimen desconoció los resultados electorales y violó la soberanía popular.

El riesgo ahora no es solo político, sino existencial. Un país en duelo puede aferrarse al primer salvavidas que se le ofrezca, aunque este lo arrastre más hondo. Así como una persona dolida puede buscar alivio en una relación tóxica o en una promesa vacía, una nación quebrada puede idealizar soluciones externas, líderes mesiánicos o falsas reconciliaciones.

El duelo como condición política

Viktor Frankl, psiquiatra y sobreviviente del Holocausto, desarrolló la logoterapia como respuesta al sufrimiento humano. En su núcleo, esta escuela plantea que la principal motivación del ser humano no es el placer ni el poder, sino el sentido. Según Frankl, quienes encuentran un propósito de vida son capaces de resistir incluso los entornos más adversos como fueron los campos de concentración nazis. Esta verdad se aplica también a las naciones. Un país sin sentido colectivo, sin narrativa compartida de futuro, se........

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