Antonio de la Cruz: El colapso de la gobernanza y el riesgo hemisférico
“El poder no radica en las manos de unos pocos, sino en la capacidad de la gente para unirse y luchar por lo que creen..”
Václav Havel
El día en que el pueblo desobedeció
En la historia de los regímenes autoritarios, hay momentos en los que el colapso no se anuncia con explosiones, sino con ausencias. El 25 de mayo de 2025 fue uno de esos días. En Venezuela, un país fracturado por décadas de populismo, corrupción y represión, ocurrió un evento que podría pasar inadvertido para un observador superficial: la gente no votó. Más de 85% de la población decidió no participar en unas elecciones regionales y parlamentarias organizadas por el régimen de Nicolás Maduro.
Lejos de ser un gesto pasivo, fue una acción estratégica colectiva, una desobediencia masiva que despojó a Nicolás Maduro y compañía de su último vestigio de legitimidad simbólica. Fue, en palabras del último presidente de Checoslovaquia, Václav Havel, “la política vivida como verdad”. En este acto silencioso, el pueblo venezolano reafirmó la victoria electoral del 28 de julio de 2024, cuando Edmundo González Urrutia fue electo presidente con respaldo popular y político de María Corina Machado. La jornada del 25M no fue un fraude más, fue la confirmación del fin de las formas.
Pero lo ocurrido no puede entenderse únicamente como un gesto nacional. En consecuencia, Venezuela deja de ser un Estado soberano funcional. Lo que sigue en juego es el equilibrio geopolítico de un hemisferio que ha subestimado los riesgos de tener, a pocos kilómetros de sus fronteras, una incubadora de crimen organizado, migraciones masivas y redes transnacionales aliadas con Rusia, Irán y carteles del........
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