Casas por renacer, por Ángel Alberto Bellorin
Este párrafo que en breve voy a citar, nada tiene que ver con la adornada carta que en 1902, un intelectual subordinado a un analfabeto con poder, le escribió a su jefe para que lo leyera. En ese entonces el imperio norte americano conmovido por la retórica, le sacó las patas del barro y le dió oxígeno a aquel bárbaro..
Hoy la historia parece repetirse, pero solo en lo referente a aquello de algún pretendido intelectual y su subordinacion........
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