Hablando de muertos
Koldo García a su llegada al Tribunal Supremo.
Hace más de cincuenta años, Pepe el Chato, acodado sobre el mostrador de madera, pasaba las páginas de derecha a izquierda.
- Chato, ¿por qué empiezas el periódico por el final? -preguntó un parroquiano.
- Porque empiezo por los muertos, dijo Pepe lacónico.
Apuró el tinto y dejó el vaso junto al cantinero, antes de levantar la vista al parroquiano.
-Mientras yo los leo, ellos no me leen a mí, sentenció.
El droguero de Santa Eulalia no tenía estudios. Leía despacio, como mascullando las palabras, pero no se necesita ser Séneca redivivo para tener sentido común y comprender lo ineluctable de la vida.
La refriega política apenas deja tiempo para la reflexión y los más prudentes apenas pueden evitar una toma de posición, acuciados por tantos frentes. Hay tantos voceros que ofenden la inteligencia, como francotiradores en los crudos años de la guerra de Bosnia-Herzegovina, cuando cruzar una calle de Sarajevo era un ejercicio suicida. La vida se vendía a precio de saldo, pero tampoco hoy parece que valga mucho más que entonces.
Netanyahu presenta su propia solución final con una farsa de ayuda humanitaria. El........
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