Cuando el monte se quema: negligencia, incompentencia y ‘fuego cruzado’
Imagen de archivo del incendio que se declaró en Castromil (Zamora) a mediados de agosto. / Efe / Mariam A. Montesinos
Aunque mediáticamente la oleada de incendios forestales que ha asolado parte de nuestro territorio nacional durante el pasado mes de agosto ha sido un tema recurrente, he querido abordar el asunto en este mi primer artículo del curso. Mucho se ha escrito sobre las causas de esos incendios y las propuestas para evitarlos, por lo que, en mi columna, trataré otros aspectos.
Nuestro país es el tercero de la Unión Europea con más superficie forestal: 28,4 millones de hectáreas (ha). Casi el 49% de esa superficie cuenta con figuras de protección (Espacio Natural Protegido y Red Natura 2000), presentes en nuestra Constitución de 1978 (CE78), en las leyes de las comunidades autónomas (CC AA) y en la Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes. Pero, ¡ojo al dato!: el 70% de la superficie forestal protegida está en manos privadas.
El artículo 45 de la CE78 nos informa de nuestro derecho a disfrutar de «un medio ambiente adecuado», mientras que el 148, en sus apartados 8 y 9 se refiere, respectivamente, a las competencias sobre los montes y el aprovechamiento forestal, y a la gestión en la protección del medio ambiente.
La Ley de Montes, en su artículo 3.k, declara la «adaptación de los montes al cambio climático, fomentando una gestión encaminada a la resiliencia y resistencia [de los montes] al mismo». Teniendo en cuenta que, como vamos a ver........
© La Opinión de Murcia
