Hedor de cañerías
Leire Díez, durante su comparecencia. / José Luis Roca
Ustedes vosotros recordarán que por los tiempos previos al estallido de la burbuja inmobiliaria los padres presumían más del hijo fontanero que del becado por Fulbright. El fontanero era un ser fantasmal, al que pocos habían visto en persona, pues para conseguir sus servicios era necesario ponerse en una lista de espera que nunca avanzaba y en previsión de que lo hiciera resultaba prudente pedir un préstamo. Ahora el fontanero responde a la primera llamada y ha perdido su aura en favor del fontanero político, que le ha........
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