La vida sin Cuca
Cuca Gamarra. / E. Press
Yo es que no sé qué vamos a hacer sin Cuca Gamarra. Ese gesto desabrido, esas mandíbulas apretadas, esa gestualidad sargentona, esa energía. Era oír a Gamarra por tierra, mar, aire, radio o televisión y erizársele a uno la piel y las intenciones. Gamarra era un chute, un subidón, un malalechismo para afrontar el día e incluso la noche sin que nadie ose toserte.
Le ha dicho a Feijóo que quiere dejar la secretaría general del PP o eso es lo que nos ha dicho que ha pasado. No sabemos qué será de ella, a lo mejor pasa a estar en un segundo plano y en lugar de alegrarnos los telediarios........
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