Los hombres que no leen ficción
Conozco a un tipo a quien en todas las ocasiones en las que me lo encuentro -y doy gracias al cielo porque cada vez nos cruzamos menos- intento colarle, con disimulo, el tema de la literatura en nuestra conversación sólo para escucharle decir, no sin cierto deje de prepotencia en la voz, la frase célebre por la que estoy convencido de que, en el fondo, aquel señor no me cae bien: “yo sólo leo lo que me sirve para el trabajo”. Sí, está haciendo uso de su libre desarrollo de la personalidad y toda la retahíla constitucional que ustedes quieran, pero es que cuando se me meten con la ficción, la cosa inmediatamente se vuelve personal.
Esta persona, bien entrada en la cincuentena y obsesionada con los Teslas (todos conocemos a uno así), encarna al........
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