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María Corina Machado, Premio Nobel para la Guerra

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16.10.2025

El viernes 10 de octubre, la academia noruega encargada de otorgar el Premio Nobel de la Paz anunció que María Corina Machado, la líder opositora venezolana, era la galardonada este año por “su incansable labor en pro de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha para lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.

Entre el entusiasmo de los opositores venezolanos y la estupefacción de la izquierda mundial, las reacciones políticas no dejaron de sucederse. Quizás el mensaje más llamativo fue el del asesor de Donald Trump y negociador estadounidense con el Gobierno de Venezuela, Richard Grenell, que sentenció en X: “El Nobel de la Paz murió hace años”.

Grenell, el hombre detrás del intercambio de presos estadounidenses en Venezuela por migrantes venezolanos deportados a las cárceles de alta seguridad de Bukele en El Salvador, parecía realizar una crítica velada a que Trump no fuera el galardonado, pero que podía interpretarse también como un cuestionamiento a la oportunidad política de la elección de esta “campeona de la democracia”, en palabras de la academia noruega.

De golpe en golpe hasta la democracia final

Sin embargo, la trayectoria de Machado la aleja mucho de ser la encarnación de la lucha por la democracia, y mucho menos pacífica. Machado participó en el golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002, que derrocó al presidente venezolano para sustituirlo por el líder de la patronal Fedecámaras, Pedro Carmona. Aunque lo negó posteriormente, Machado firmó el “Acta de constitución del Gobierno de Transición Democrática y Unidad Nacional”.

El documento, conocido como Decreto Carmona, derogó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), aprobada por referéndum popular en 1999, e instaló una efímera Junta de Gobierno (efímera poque las calles y los cuarteles venezolanos se movilizaron para defender el proceso revolucionario y restaurar el orden democrático).

Hugo Chávez decretó una amnistía general para los golpistas así que María Corina Machado pudo proseguir con su particular “lucha por la democracia” en la “dictadura venezolana”. En 2002 creó la asociación civil, Súmate, financiada por la National Endowment for Democracy (NED), la organización estadounidense pantalla de la CIA que sirve de cobertura legal y económica a las operaciones de injerencia internacional dirigidas a “promover la democracia liberal” (traducción: el cambio de régimen) en los países gobernados por retadores hegemónicos de sus intereses geoestratégicos.

Una de sus primeras acciones de Súmate fue recolectar firmas para iniciar un referéndum revocatorio al presidente venezolano, previsto en el artículo 72 de la CRBV, para someter a escrutinio a todos los cargos públicos a mitad de su mandato. Chávez fue refrendado en 2004 y la oposición venezolana siguió con su hoja de ruta destituyente hasta nuestros días.

Una de las características de dicha hoja de ruta ha sido no reconocer la institucionalidad venezolana, ni su legalidad, ni la legitimidad de sus dirigentes, o de la Revolución misma. Las acusaciones de fraude electoral, o el boicot a participar en elecciones, han sido constantes desde el inicio del proceso revolucionario. No obstante, en Venezuela........

© La Marea