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Astillero

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Ninguna prueba ha presentado el impuesto presidente de Ecuador, Daniel Noboa, que sustente la tramposa acusación de presunta movilización desde México de sicarios que intentarían asesinarlo.

Al estilo de Felipe Calderón, quien se acogió a los planes gringos de declarar una guerra contra el narcotráfico para, entre otros objetivos, tratar de remontar la crisis del fraude electoral, el ecuatoriano se está inventando amenazas con un doble propósito: en lo interno, instalar una coartada para amagar y actuar represivamente contra los opositores a su segundo periodo espurio, en particular contra la muy amañada elección reciente; en lo externo, para cumplir el cantado papel de provocador contra gobiernos a los que Washington busca debilitar o aislar en términos latinoamericanos, particularmente México.

El carácter instrumental de Noboa (nacido en Miami, educado en universidades extranjeras, servilmente alineado con Trump) fue mencionado sin pudor alguno por el jefe de la diplomacia intervencionista de Estados Unidos, Marco Rubio, quien a través de su portavoz, Tammy........

© La Jornada