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México SA

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De buen talante y con enorme sonrisa, la presidenta Sheinbaum anunció que el gobierno mexicano logró un buen acuerdo con el cavernícola de la Casa Blanca, de tal suerte que los aranceles que originalmente entrarían hoy en vigor se posponen 90 días, periodo en el que se mantendrá el diálogo bilateral para construir un acuerdo de más largo plazo, amén de que el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) se salvaguarda. En síntesis, dijo la mandataria, funcionaron la cabeza fría, el temple y la defensa de principios (léase serenidad y paciencia).

Qué bueno, felicidades, pero posponer no es sinónimo de evitar, cancelar o resolver el entuerto, de tal suerte que se mantiene el culebrón arancelario, el cual se inició justo el día en que Trump tomó posesión del cargo por segunda ocasión: Espero firmar una orden ejecutiva para imponer aranceles de 25 por ciento a las importaciones de México y Canadá a partir del 4 de febrero; la víspera, el día 3, anunció una pausa de 30 días, y de allí pa’l real.

En fin, la presidenta Sheinbaum explicó así el resultado de su conversación telefónica (40 minutos) con el cavernícola de la Casa Blanca:

“Son 90 días; nos mantenemos como estamos y son 90 días........

© La Jornada