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Crecimiento económico y redistribución de la riqueza en el Estado español (2000-2023)

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30.07.2025

Centraré mi atención en los factores que están detrás de la evolución del desigual nivel de renta inicial medio por habitante entre las distintas nacionalidades y regiones del Estado español en lo que llevamos del presente siglo, así como, hecho esto, en los que favorecen una menor desigualdad del nivel de renta disponible final por habitante en las mismas.

Para los años que llevamos de este siglo, según las estadísticas elaboradas por el INE para el PIB por habitante (PIBpc) de las Comunidades Autónomas del Estado español[1], el valor de este indicador varió tal y como se muestra en la columna central de datos del primer recuadro. En el mismo las nacionalidades y regiones del Estado español fueron ordenadas -con toda intención- por la última columna que recoge la evolución de su población en esos 23 años. Según este criterio a la cabeza tenemos Baleares, que pasó de un índice de 100 a casi 149 habitantes, y en el furgón de cola Asturias, que incluso decreció algo (de 100 a 94). La media del Estado español pasó de 100 a 119 habitantes. Lo que supone un aumento de casi el veinte por ciento de su población.

Que las haya ordenado por ese factor en la última columna (crecimiento poblacional), como se verá, no es arbitrario porque, salvo excepciones, al hacerlo así se perfilan muy bien dos grupos de territorios. Unos en rojo (con aumentos poblacionales elevados) y otros en verde (con aumentos poblacionales menores). Ya con ello se vislumbra que la evolución demográfica está siendo el factor determinante de los cambios en la riqueza por habitante (el PIBpc), y no tanto el mero crecimiento económico del PIB (con algunas excepciones).

Así en el grupo superior destaca el caso de Baleares o Canarias, con una caída máxima de quince puntos de convergencia respecto a su posición inicial[2] en el PIBpc del año 2000, justo porque es en ellas en las que crece más su población; no debido a un crecimiento económico peor que el promedio. Y en el grupo inferior destacan las mejoras de Galicia o Extremadura con más de diez puntos de ganancia respecto a la situación del año 2000, pero, de nuevo, esto sucede porque están entre las que menos han visto crecer su población y en absoluto porque haya crecido su PIB más que la media del Estado español, que es siempre la referencia de convergencia del PIBpc. Vayamos ahora por partes.

En el grupo superior (color rojo, alto crecimiento demográfico), nueve comunidades autónomas siguen la tendencia de Baleares y Canarias (pérdida de convergencia o de nivel medio de riqueza por habitante). Las excepciones son la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha, que anotan cierta convergencia. De hecho, la única excepción rotunda es Madrid ya que Castilla-La Mancha (al igual que La Rioja) tiene un crecimiento demográfico ajustado a la media española y por esa razón no tiene por qué entrar en la "norma" de perder convergencia en PIBpc.

Madrid sí que registra un crecimiento demográfico superior a la media española y sus (anómalos) casi cuatro puntos positivos de convergencia se deben en este caso a un crecimiento del PIB superior a la media[3]. Ciertamente con un crecimiento del PIB que también logran Baleares o Murcia, que, sin embargo, no lo convierten en avances del PIBpc debido a un dinamismo demográfico muy superior. Dinamismo demográfico -como muy pronto veremos- muy asociado a la inmigración recibida (para actividades de servicios personales y de hostelería) y no a la natalidad de los residentes.

La excepción madrileña tiene que ver con su encaje centrípeto en el conjunto de la economía española, algo que se pone de manifiesto -entre otros factores- en su espectacular desempeño comercial con el resto de España en relación al que tiene fuera de España[4]. Una excepción que tendrá su traducción -como veremos más adelante- en un papel también singular en relación a la renta disponible bruta por habitante y su redistribución dentro del Estado español.

Ya en el grupo inferior de esa primera tabla de datos (color verde, con menor crecimiento poblacional) son siete las Comunidades Autónomas que siguen la tendencia de Galicia o Extremadura (en avance de convergencia). Aquí la única excepción es Cantabria, que neutraliza el factor demográfico -"favorable" a la convergencia- por anotar un nivel de crecimiento del PIB entre los tres más bajos de España en casi 25 años.

Recojo en un gráfico el resumen visual de esta clara asociación entre la demografía y la convergencia regional en la España del siglo XXI, según la cual las nacionalidades y regiones que más se acercan a la media española en riqueza por habitante lo hacen sobre todo por su parálisis demográfica, mientras que las que pierden nivel relativo en dicho indicador lo hacen por causa de su intenso crecimiento demográfico.

En este gráfico el punto inferior derecho corresponde a Galicia, que marca una ganancia máxima de convergencia (casi 15 puntos) con una demografía estancada (100). Y el punto superior a la izquierda es Baleares, que pierde convergencia (casi 15 puntos) por causa de una demografía muy expansiva (índice de casi 150). La nube de puntos sugiere una clara asociación entre la dinámica demográfica y la mejora o........

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