Mirada empática
Una guerra no comienza con los disparos. Comienza mucho antes, en la ansiedad de los civiles expuestos al miedo constante, cuando ven cómo su mundo se desmorona. No me refiero solo a la pérdida material, sino a la fragmentación de sus familias, la ruptura de sus vínculos y la desaparición de aquello que daba sentido a sus vidas.
El conflicto entre Israel e Irán va más allá de un simple enfrentamiento militar. Es también una guerra ideológica, tecnológica, diplomática y simbólica. En su afán por el poder, los actores involucrados parecen ignorar el sufrimiento humano que provocan. No solo afectan a quienes están directamente inmersos en el conflicto, sino que ponen en riesgo la estabilidad global, arrastrando a millones de personas inocentes hacia el miedo, la incertidumbre y la pérdida.
Sin embargo, para muchos, todo........
© La Crónica del Quindío
