Así es la vida
Pedro es arquero. Hace unas semanas decidió pararse bajo los tres palos con la convicción de quien quiere hacerse cargo de su historia. Antes jugaba en defensa, pero cada gol recibido lo desarmaba.
Es un niño que se frustra con facilidad, que llora con rabia cuando algo no sale como espera y que, a sus ocho años, ya ha tenido que aprender a levantarse más de una vez. Tal vez por eso, sin decir mucho, pidió el puesto de portero. Como si dijera: “déjenme, yo me encargo”.
Su equipo, conformado por niños de siete y ocho años, había vivido una larga racha de derrotas. Desde la tribuna, los padres apenas podíamos disimular nuestra impotencia ante los........
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