Sin alma ni escrúpulos
La vivienda no es un lujo, es un derecho y quien se aproveche de ese derecho merece el mayor reproche público, político y jurídico.
En Armenia, la promesa de una vivienda digna se convirtió en un perverso juego de espejismos. Lo que para muchas familias representó años de esfuerzo, ahorro y esperanza, para algunos empresarios sin ética solo fue una oportunidad para aprovechar vacíos jurídicos, manipular normativas y actuar con una impunidad que roza el cinismo. El debate realizado el pasado martes en el concejo municipal sobre los incumplimientos en proyectos de vivienda no hace más que confirmar lo que desde hace años se ha denunciado: aquí no falla solo la ley, falla la conciencia.
Casi una decena de proyectos intervenidos, múltiples denuncias de compradores frustrados, contratos llenos de ambigüedades, precios inflados según la variación del salario mínimo, entregas sin escrituras y promesas de........
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