Los gritos valen más que el conocimiento
Pasan los años, se pierde más tiempo, y todo sigue igual: desde actos ilegales sin control alguno hasta cuestionamientos constantes al gobierno.
Se confirma así que a millones de colombianos no les interesa conocer nada sobre el manejo de lo público, un regalo que reciben —felices— los Vividores de lo Público, quienes luchan por ellos mismos y no por el bienestar del país. Más que alegría, lo que produce esta realidad es una profunda tristeza.
Resulta inexplicable que toda una sociedad —empresarios y millones de ciudadanos— no muestre interés alguno por proteger los recursos públicos. Es una situación preocupante. Colombia, siendo un país inmensamente rico, no logra que en sus calificaciones y resultados se valore el conocimiento claro y profesional, especialmente cuando se trata de analizar su propia realidad.
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© La Crónica del Quindío
