La formación en principios y valores no empieza en el colegio o la universidad, la trascendental misión debe iniciar en el seno del hogar. Necesario es recordar que para que el colegio sea la segunda casa, la familia tiene que ser la primera escuela. Lamentablemente, a muchos profesores les está correspondiendo ser, además, padres de cientos de escolares huérfanos de padres vivos. No pueden seguir papás y mamás renunciado tan temprano al papel de educadores.

Tanto en la media como en la educación superior se propende por una educación integral, hoy más que nunca, que promueva la solidaridad, el respeto por la institucionalidad, las normas y las diferencias, la conciencia........

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