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«El Fascismo por dentro»: Organización criminal al servicio del capitalismo -Septiembre/Octubre de 1934- (Parte II)

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El 22 de septiembre de 1934, y durante once días, el «Servicio de Información Antifascista» del Partido Comunista comenzó a publicar en el diario Mundo Obrero una serie de artículos titulados genéricamente «El Fascismo por dentro. Falange Española de las J.O.N.S.: organización del crimen al servicio del capitalismo». Solo el comienzo de la Revolución de Octubre el día 5 de octubre, con el consiguiente cierre de centros y prensas obreras, pudo dar por concluida esta serie de informes, que prometía nuevas y más sorprendentes interioridades del fascismo español.

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El 28 de septiembre 1934 el título del sexto informe del Servicio de Información Antifascista era: «El inolvidable luchador De Grado, asesinado a indicaciones de un jefe de Falange que le conocía». El 29 de agosto de 1934, el dirigente de las Juventudes Comunistas Joaquín de Grado Escalona, escultor decorador de profesión y de 27 años de edad, fue asesinado con un tiro en la nuca cuando un grupo de obreros y jóvenes comunistas increparon a falangistas y nacional-sindicalistas que estaban repartiendo su propaganda entre los parados por la Glorieta de Cuatro Caminos. El artículo publicaba la fotografía y el nombre de uno de los pistoleros, «José Marañón Medrano», del Círculo de obreros católicos de San José, a quien en el forcejeo con De Grado se le cayó al suelo su documentación, pero hacía mucho hincapié en que quien dio la orden de hacerlo fue alguien que le conocía muy bien, y que sabía de su valía proletaria, Manuel Mateo Mateo, el jefe de la Sección Sindical de Falange que había sido antiguo dirigente comunista en Madrid: «¡pégale un tiro a ese, que es un dirigente!». De nuevo daban las señas de Mateo: vivía en compañía de Sotomayor en la Calle Preciados n.º 29. Con letras mayúsculas denunciaban que el asesino que disparó a De Grado en la nuca era uno de los que asesinaron a Juanita Rico, y que solo sabían que se apellidaba «Martínez», pero también su dirección: C/ Alonso Cano n.º 26, y que tenía unos 29 años y una «pinta de señorito inconfundible, vistiendo siempre con chaqueta gris». Como ya se ha dicho, el único falangista conocido en esa época con ese apellido era José Martínez Verquizas, uno de los 66 detenidos en la redada hecha por la policía en la sede madrileña de Falange de las JONS el 10 de julio anterior.

El sábado 29 de septiembre, en vísperas de la apertura de las sesiones en las Cortes, y cuando ya se conocían las fuertes presiones de la CEDA de Gil Robles para entrar en el Gobierno, Mundo Obrero abría su primera plana con estos titulares: «La contrarrevolución tiene ultimados los preparativos de un golpe de fuerza. ¡Trabajadores, alerta! Guerra sin cuartel a los monárquicos y fascistas», y a modo de Editorial: «Ante la gravedad del momento. Deberes ante un posible golpe monárquico-fascista». En su cuarta y última plana volvían a publicar otro capítulo de su dossier «El fascismo por dentro». Esta vez se titulaba «Se intenta asesinar al concejal socialista Manuel Cordero para que la reacción desorganizada de los trabajadores “justifique” la instauración de la dictadura fascista». Se denunciaba al «pistolero a sueldo de los fascistas» que intentó disparar contra Cordero cuando paseaba por la calle de Fuencarral, «José María Fernández Osorio», que ya se había señalado por colocar la bandera de Falange con el texto «F.E. ¡Viva el fascio!» en la Casa del Pueblo de Madrid el pasado mes de febrero, y publicaban su fotografía para advertir a los obreros. La orden fue dada por Ramiro Ledesma, También decían que los dirigentes comunistas José Díaz, Antonio Mije, Francisco Galán, Jesús Hernández y Eduardo Castro habían recibido amenazas de muerte y estaban siendo escoltados por jóvenes comunistas armados. Todo el artículo era una denuncia de lo que consideraban un «arma de la burguesía en su lucha contra el proletariado: la provocación». Tras el fracaso del primer pistolero, la dirección falangista decidió que lo intentara ahora el «sanguinario doctor» Groizard, y se esperaba que fuera la próxima semana.

En uno de sus apartados van a dar varios nombres de los personajes del Comité Contrarrevolucionario que se reunían unas veces en la sede de «Renovación Española» del monárquico Goicoechea Cosculluela (cuya foto publicaban) y otras en la de la Patronal de productos del alcornoque situada en la calle Cid n.º 8, cuyo secretario era un señor llamado Alegría, muy amigo del ex-general Sanjurjo, y uno de los que con más asiduidad iba a su residencia de Lisboa a transmitirle noticias e informes de dicho Comité. Además, el Presidente de esa Patronal en cuya sede se reunía el Comité Contrarrevolucionario era Cándido Casanueva Gorjón, terrateniente salmantino, líder del Partido Agrario y «afecto a la política de Gil Robles». En dicho Comité, decían, estaban los Tradicionalistas, Renovación Española, Falange, la CEDA, Partido Nacionalista Español y la Federación Patronal Española, pero, por encima de todos, los que «campan por sus respetos en esta Organización, son los fascistas de Falange, siendo un asiduo concurrente a sus reuniones el diputado falangista por Jerez, Francisco Moreno Herrera, marqués de la Eliseda (consorte), e hijo del Conde los Andes. Denunciaban que el encargado de confeccionar la lista de dirigentes comunistas y socialistas, así como de sus Juventudes, que debían ser amenazados y atacados, era el ex-coronel Emilio Rodríguez Tarduchy.

En el artículo se publicaban también las fotografías del ex-rey Alfonso «el sangriento», que seguía conspirando desde su exilio francés, la de Calvo Sotelo, «el hacendista de la Dictadura que asesora a los fascistas en la comisión de sus atentados», y la del doctor José María Albiñana, líder del Partido Nacionalista Español, y «gran amigo de los fascistas de Falange, antiguo jefe de los legionarios a las órdenes de Martínez Anido, y que forma parte del Comité Contrarrevolucionario que planea los asesinatos».

El lunes 1 de octubre de 1934, el día que se abrían las nuevas sesiones en las Cortes, y se fraguaba el final del Gobierno de Samper y la posible entrada de los ministros de la CEDA en el nuevo de Alejandro Lerroux, Mundo Obrero seguía con su dossier, y ahora le tocaba el turno al titulado «Varios asesinatos frustrados y otros en preparación». En él se denunciaba que Falange había situado en Madrid su sede policíaca con todo su aparato del crimen. Estaban reclutando a ex-legionarios como pistoleros, y el responsable de esa operación era Ruiz de Alda, siendo ayudado por un «negro argelino, ex-sargento de la Legión», con quien estaba organizando «un buen batallón de hombres especializados en el arte de matar». Además denunciaban a los pistoleros del monárquico Albiñana y su pistolero más famoso y secretario personal «Felipe Simón Luque», ayudado por «Heriberto Rivas, alias “El Poeta”, «que vive en Tetuán de las Victorias». También se señalaba al pistolero Marañón de los Sindicatos Católicos y a Mosteiro, como ejemplo de los pistoleros católicos «armados y “santificados” por los frailes», «muy conocido en la calle del Sacramento». En el siguiente apartado se desvela la identidad de la persona de confianza del ex-coronel Tarduchy encargado de seguir un tiempo a la persona señalada para su asesinato, con el fin de confirmar los datos de Tarduchy. Se trataba de una mujer joven, «bien parecida» y rubia,........

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