menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

Imperio en declive: terrible peligro en ciernes

2 1
11.10.2025

Premio Nobel de la Paz a una violenta golpista y pro invasión estadounidense como María Corina Machado: ¿preámbulo de la invasión yanki a Venezuela?

Todos los imperios habidos en la historia, luego de su fabuloso momento de esplendor, caen. Egipto, Babilonia, China, Persia, Grecia, Roma, los incas, los mayas, el imperio otomano, el mongol, el azteca, el etíope, el ruso, el español, Gran Bretaña -la “Reina de los mares”-, todos por igual -inexorable dialéctica, así es la realidad dirá Hegel- terminan extinguiéndose.

También Estados Unidos, el imperio más poderoso de la historia, con un desarrollo científico-técnico fabuloso que logró una casi completa hegemonía planetaria -el único que tuvo la osadía impune de utilizar armas nucleares contra población civil no-combatiente como burda demostración de fuerza ante sus rivales-, que fuera el hegemón por un siglo, ahora hace lo imposible por detener su caída. Pero está cayendo, lentamente sin dudas -no parece que sea una caída estrepitosa-, pero ya comenzó su declive, tal como ha sucedido con todos los imperios en la historia. ¿Por qué no sería igual aquí?

Y también, al igual que cualquier centro de poder que ver perder su hegemonía, pelea denodadamente por no abandonar sus privilegios, los beneficios obtenidos de su sitial de honor. En esa lucha, quizá más encarnizada aún que la que mantuvo siempre cuando ejercía la hegemonía indiscutible, pareciera que está dispuesto a todo (¿se llegará a la locura de una guerra con armas nucleares?). Perder lo conseguido se hace extremadamente doloroso, casi inconcebible, insoportable. Pero la historia manda, y los poderosos -aunque se resistan- también caen. No hay poder eterno; para eso se inventaron los dioses (4,000 se han creado a lo largo de los milenios). El problema para Latinoamérica es que nuestro sub-continente funciona como resguardo de la gran potencia del Norte. Por tanto, en esta lucha por mantener su poderío, no tenemos un agradable pronóstico por delante. Nuestra región es su baluarte, y todo indica que está dispuesto a las peores atrocidades para no perdernos.

Latinoamérica constituye la reserva “natural” de la geopolítica expansionista de la clase dominante de Estados Unidos. Desde la tristemente célebre Doctrina Monroe, de 1823 (“América para los americanos” …, del Norte), la voracidad del capitalismo estadounidense hizo de esta región su patio trasero. En todos los países de esta zona, desde el nacimiento de las aristocracias criollas hace más de dos siglos, el proyecto de nación fue siempre muy débil. Estas oligarquías y “sus” países no nacieron al calor de un proyecto de nación sostenible, con vocación expansionista. Por el contrario, volcadas desde su génesis a la producción agroexportadora primaria para mercados externos, su historia está marcada por la dependencia, por el malinchismo. Oligarquías con complejo de inferioridad, buscando siempre por fuera de sus países los puntos de referencia, racistas y discriminadoras con los pueblos originarios -de los que nunca dejaron de valerse para su acumulación como clase explotadora-, su historia va unida a potencias externas (España o Portugal primero, luego Gran Bretaña, desde la doctrina Monroe en adelante, Estados Unidos).

En Washington, desde hace largos años, se fija lo que pasa en nuestros países; la potencia del Norte manda aquí. Pero ahora, dada la dinámica histórica de los pueblos, eso está cambiando. Estados Unidos está dejando de ser la superpotencia hiperdominadora, y nuevos elementos entran a jugar: China, compitiéndole de igual a igual en lo económico y científico-técnico, y Rusia como formidable afrenta militar. A partir de ello surge la propuesta de multipolaridad que impulsan los BRICS .

Latinoamérica entra en la lógica de dominación global de Estados Unidos como proveedora de materias primas y fuentes energéticas. El 25% de todos los recursos que consume provienen de esta región. De las distintas reservas planetarias, el 35% de la potencia hidroenergética, el 27%........

© Insurgente