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¡Yo no soy violento!

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13.11.2025

I

De ningún modo soy violento. Me dicen que lo soy, pero no es cierto. Se equivocan. Yo hago lo que aprendí a hacer desde que soy un niño, lo que vi toda mi vida, lo que es normal. Eso es lo que transmitieron mis padres en casa y lo que aprendí en la iglesia. ¿Desde cuándo eso va a cambiar? ¿O me van a decir ahora que todas esas ideas modernas de igualdad, de equidad de género, de respeto a la diversidad sexual -que es lo mismo que decir tolerancia a los pecados capitales-, me van a decir acaso que todas esas bobadas las tenemos que aceptar?

¿Por qué tendríamos que estar de acuerdo con cosas incorrectas, absolutamente cuestionables, contrarias a los designios de Dios? No soy un experto en cuestiones bíblicas; me apego al libro sagrado, pero no diría que soy un super conocedor de esto, un exégeta. De todos modos, en las Sagradas Escrituras, que por supuesto respeto mucho, en el Eclesiastés 22:3 pueda encontrarse que “El nacimiento de una hija es una pérdida”, o en el mismo libro, 7:26-28, se nos explica que “El hombre que agrada a Dios debe escapar de la mujer, pero el pecador en ella habrá de enredarse”. Por supuesto, en el mismo Génesis se le dice a la mujer que “parirás tus hijos con dolor. Tu deseo será el de tu marido y él tendrá autoridad sobre ti”. ¿Por qué oponerse a eso? ¿Acaso eso es violencia? ¡Por favor! Estamos hablando de los designios de Dios. ¡Seamos racionales!

Y en Timoteo 2:11-14 se expresa claramente que “La mujer debe aprender a estar en calma y en plena sumisión. Yo no permito a una mujer enseñar o tener autoridad sobre un hombre; debe estar en silencio”. Más claro: imposible.

¿Se da cuenta? No soy yo quien lo dice: es el libro más sagrado que tenemos. Ahí está escrito, y no podemos contradecir lo que el Sumo Hacedor nos transmite por medio de quienes escribieron esas páginas.

¿Violento yo? ¿Violento por cuestionar todos estos pecados? En absoluto, para nada. Mire, si hasta en el Corán, el libro sagrado de los musulmanes lo dice: “Los hombres son superiores a las mujeres, a causa de las cualidades por medio de las cuales Alá ha elevado a éstos por encima de aquéllas, y porque los hombres emplean sus bienes en dotar a las mujeres. Las mujeres virtuosas son obedientes y sumisas: conservan cuidadosamente, durante la ausencia de sus maridos, lo que Alá ha ordenado que se conserve intacto. Reprenderéis a aquellas cuya desobediencia temáis; las relegaréis en lechos aparte, las azotaréis; pero, tan pronto como ellas os obedezcan, no les busquéis camorra. Dios es elevado y grande”. ¿Queda claro?

Ahora se habla del “orgullo lésbico-gay”. ¡Por Dios! Hasta hacen desfile disfrazados, y aparecen ahí, pecando en público. La Biblia es clara: Adán y Eva, y no, de ninguna manera: Adán y Esteban. ¿Dónde está la violencia, dígame?

II

¿Violenta yo? No, ¡por favor! ¿De dónde sacan eso? Es muy injusto decirme eso, porque yo no soy violenta. Al contrario: soy más bien sumisa. ¡Mire cómo me trata mi marido! Él sí es violento, porque me dice que soy una tonta. Pero yo ¿en qué sería violenta?

Soy muy respetuosa, a todo el mundo trato bien. Incluso a mis empleados. Yo me crié en una situación de mucha abundancia, ¿qué le vamos a hacer? No me puedo sentir culpable por eso. Si tuve la dicha de nacer en una familia muy adinerada, eso es una ventaja que supe aprovechar. Y punto. ¿Por qué eso me haría violenta?

Es cierto que desde la cuna tuve personal que me cuidaba: niñeras, institutrices, personal doméstico, choferes, guardaespaldas. Es cierto también que soy muy exigente; “caprichosa” dice mi marido. Yo no considero que sea así. Me gusta que las cosas se hagan bien, que se cumpla lo que digo. Si alguien hace mal su trabajo, pues que lo repita. Y que lo repita cuantas veces sea necesario hasta que lo haga bien, que me deje conforme. ¿Por qué eso sería violento? Si se tiene que quedar hasta la madrugada repitiendo su trabajo… ¡pues que lo haga bien la primera vez y no ande chapuceando, improvisando! Eso sí es violento.

Todo eso del orden y la buena organización lo aprendí de mi papi. Él siempre manejó sus negocios con mano de hierro, porque no se pueden manejar tantas cosas si no se es un poco impositivo. Los trabajadores, usted sabe, en general son unos vagos que quieren trabajar lo menos posible, y siempre listos para protestar. A Dios gracias hoy ya no quedan sindicatos, esos molestos comunistas que lo discuten todo. Yo recibí una de las empresas familiares como herencia, aun estando en vida él, y me tuve que ocupar de seguir haciéndola crecer. Los más de 500 colaboradores que hoy tenemos son indisciplinados, aprovechados. Si no es con rigor ¿cómo se les haría trabajar bien?

Me encanta esa perspectiva de una empresa que funcione bien; para eso estudié todo lo que estudié, con dos maestrías en el extranjero, con especialidad en mercadotecnia. Sé que estoy bien preparada para ser empresaria, y también manejo las cosas con mano de hierro, tal como vi que hacen todos en mi familia. ¿Cómo hacer, si no, para que las cosas funcionen bien? Eso no es ser violenta. Es, simplemente, pedir que se trabaje a conciencia, que no nos engañen. Porque todos sabemos que la gente es aprovechada, que quiere ganar mucho con el menor esfuerzo, que los asalariados te roban cada vez que pueden, que son unos envidiosos que miran con malicia a quienes trabajamos duro y logramos hacernos una posición.

Dígame: ¿acaso es violento descontarle el día al que llega tarde? Pero ¿para qué están los horarios? ¿Usted sabe lo mañosa que es la gente para trabajar? Se demoran más de la cuenta cuando van al baño, se toman más tiempo del que corresponde para su almuerzo, siempre dicen que están enfermos, siempre están poniendo excusas para trabajar lo menos posible, o para........

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