La dictadura franquista
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La dictadura franquista fue un régimen sistémica y estructuralmente corrupto desde su implantación por la fuerza militar. Comenzó por lo básico: eliminar a decenas de miles de desafectos y robarles impunemente sus bienes. El régimen ejecutó, entre 1939 y 1950 a entre 50.000 y 70.000 personas tras consejos de guerra sumarísimos, alcanzando la cifra de entre 120.000 y 150.000 si se incluyen los asesinatos extrajudiciales durante y justo después de la guerra civil. Desde el primer momento se puso en marcha un aparato represivo, económico y legislativo diseñado para desposeer a los “enemigos del régimen” basándose en la Ley de Responsabilidades Políticas, promulgada el 9 de febrero de 1939 y aplicable retroactivamente desde cinco años antes, que permitía sancionar con multas, confiscación total o parcial de bienes y destierro a cualquiera que fuese considerado “desafecto” desde octubre de 1934. Paralelamente, se crearon las Comisiones Provinciales de Incautación de Bienes y el Servicio de Recuperación de Bienes Incautados, con el propósito de robar sistemáticamente propiedades, cuentas bancarias, joyas, empresas, viviendas, tierras, etc. Se calcula que entre 1936 y 1948 se confiscaron bienes por valor de miles de millones de pesetas de la época (equivalentes a decenas de miles de millones de euros actuales), que, en su inmensa mayoría, nunca fueron devueltos, ni indemnizados sus legítimos propietarios ni sus herederos. La mayor parte de ese inmenso botín acabó en manos de altos cargos del régimen (ministros, gobernadores civiles, jefes militares, etc.), de falangistas y familias políticas afines, de la Iglesia católica (que aceptó miles de fincas y edificios) y de nuevos empresarios franquistas que compraban inmuebles a precio de saldo en subastas amañadas por los esbirros burócratas. Así, podemos afirmar que el franquismo nació con una economía de guerra y depredación basada en el estraperlo (mercado negro), que fue tolerado y practicado por las élites del régimen durante la posguerra. La autarquía y el intervencionismo estatal crearon un sistema clientelar y nepotista en el que los favores, los monopolios........
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