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"Arruzeros"

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04.05.2025

Pablo Ruz, durante un pleno. / ÁXEL ÁLVAREZ

«Lo óptimo, la mesura».

Cleóbulo de Lindos (s. VI a. C.), uno de los Siete Sabios de Grecia.

Superamos otra emergencia, en esta ocasión el gran apagón eléctrico, que gracias a san Vicente Ferrer (el santo y la fiesta local) no tuvo en Elche graves incidencias. Muchos se enteraron al volver de la segunda mona, aunque es de suponer que el mosqueo estaría presente desde que la cobertura desapareció de sus teléfonos móviles. A aquellos ciudadanos que tenían a mano el kit de supervivencia (no el de la presidenta europea Von der Leyen sino el castizo), integrado por transistor a pilas, linterna, velas, dinero en efectivo, cocina a gas y mechero (y con un power bank para rizar el rizo previsor), el largo corte energético se les hizo más llevadero. Un consuelo ante el infortunio.

Pablo Ruz hizo su alocución videográfica institucional en el que explicaba a los que lo pudieron ver y oír (pocos) que estaba ya en marcha el comité de emergencias y que tranquilos, que todo se arreglará, como así fue con el paso de las horas. Asomado pensativo al balcón de la casa consistorial atisbaba las penumbras que se cernían sobre la ciudad, listo para entrar en acción si fuera necesario. El pleno ordinario, que tocaba este mes en martes, se aplazó al miércoles, por si acaso. Anunció que los colegios estarían cerrados el día siguiente, aunque más tarde matizó que cerrados para la actividad lectiva pero abiertos en plan guardería, con aulas pero sin clases, para confusión general de padres y abuelos.

Recuperada la normalidad, que no llegó a perderse del todo, hubo pleno, en el que supimos que lo inevitable estaba a la vuelta del picoesquina. El gobierno PP-Vox gastó el año pasado mucho más de lo presupuestado (casi nueve millones) y tendrá que apretarse el cinturón con un plan de ajuste para dos años. Algo insólito en una década. No faltaron en la sesión las acostumbradas e inevitables invectivas por parte de Ruz contra su némesis, el presidente

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