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El saqueo continúa: Pobreza y desigualdad extrema, la herencia del colonialismo

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Oxfam Internacional publica anualmente un diagnóstico y propuestas de política frente a la elevada desigualdad económica global. El informe relativo al 2025 se presentó en enero, con el título de esta nota, en paralelo a la reunión del Foro Económico Mundial en Davos-Suiza que congrega a gobiernos y grandes empresas internacionales. Se llama la atención sobre la necesidad de actuar frente al problema, que también compete a nuestro país.

La visión general del informe es que la elevada desigualdad de ingresos y riqueza está creciendo a la par de que la pobreza solo retrocede marginalmente. Sus impactos son diversos, destacando la corrosión del tejido y cohesión social; se afecta la gobernabilidad y la democracia, la política sirve al interés de los ricos y se perjudica el crecimiento económico.

El reporte está precedido por un resumen ejecutivo y cinco secciones. El primer capítulo aborda la pobreza injusta y riqueza inmerecida; en el segundo capítulo se analiza la riqueza de los superricos y el legado colonial; en el tercer capítulo los efectos del colonialismo histórico en la actualidad. El cuarto se refiere a las bases de la extracción colonial; y, por último, en el quinto se presentan las medidas conjuntas para destronar a la aristocracia de superricos y descolonizar nuestra economía. En esta nota nos vamos a centrar en la última sección.

Síntesis

Oxfam señala que la riqueza conjunta de los milmillonarios en 2024 creció tres veces más rápido que en 2023. Según las previsiones actuales, dentro de una década habrá cinco billonarios (con más de un millón de millones de dólares); en cambio, el número de personas que viven en la pobreza apenas ha variado desde 1990, debido a las crisis económica y climática, así como a los conflictos mundiales. Por otra parte, la mayor parte de la riqueza de los milmillonarios no es fruto del esfuerzo, sino del saqueo: el 60 % es heredada, o bien está marcada por el clientelismo y corrupción, o vinculada al poder monopolístico.

Se anota que vivimos en un mundo profundamente desigual y marcado por una larga historia de dominación colonial que ha beneficiado, principalmente, a las personas más ricas. Las personas más pobres, las personas racializadas y las mujeres y los grupos excluidos se han visto sometidos a una explotación sistemática que conlleva un elevadísimo costo humano. El colonialismo continúa estando presente en el mundo actual de diversas maneras. El voto de un ciudadano belga promedio en el Banco Mundial vale 180 veces más que el de una persona de Etiopía.

El sistema actual sigue extrayendo la riqueza del sur global en beneficio del 1 % más rico de la población, que reside mayoritariamente en el norte global, a un ritmo de 30 millones de dólares........

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