Esta manía de las marchas de protesta, por primera vez, ha sido exacerbada por la versión criolla de la “Generación Z” -los “millennials”-, también conocidos como “zoomers” o “centennials”; jóvenes nacidos a inicios de siglo que, desde que tienen uso de razón, la mayoría vive conectada a internet, familiarizada con la tecnología y los “medios” sociales.

Comprensiblemente, los centennials declaran estar hartos de la realidad peruana. Y, a través de su justa indignación, infunden mayor inestabilidad política. Por tanto, es indispensable solventar a la brevedad con una respuesta multidimensional, firme y claramente ética.

En este momento, el Perú NO atraviesa una crisis política más. Está inmerso en una degradación institucional que amenaza convertirse en estructural. El cúmulo de vacancias presidenciales, los gabinetes efímeros, el Congreso fragmentado, el secuestro partidario del Estado, la delincuencia elevada a la paranoia mediante la extorsión, y una incesante corrupción, generan este insufrible clima de anomia, desconfianza y hartazgo ciudadano.........

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