En medio de la peor crisis institucional de las últimas décadas, el país asiste una vez más al espectáculo repetido de ofrecer “reformas”, “recomposiciones” y “reestructuraciones” del Ministerio Público como si fueran la gran solución, pero no nos engañemos: eso no es reforma, es maquillaje, es el Mejoral, el Panadol, el calmante que pretende disimular por unas horas una enfermedad que ya está en estado de metástasis. Y cuando el cáncer avanza, no se cura con aspirinas, se cura con decisiones radicales, con cirugía profunda y con un liderazgo que no tenga miedo de nombrar las cosas por su nombre.
Lo que está ocurriendo hoy en el Ministerio Público es la consecuencia de años de encubrimientos, pactos, silencios y negociaciones oscuras que han carcomido su razón de ser. No se puede recomponer lo que ha sido corroído desde las bases, no se reconstruye una institución cuya brújula moral ha sido arrebatada por intereses que no tienen nada que ver con la justicia ni con el pueblo.
En los últimos........

© Expreso