Privilegio, ¿pecado o virtud?
Hola, mis queridas amigas y queridos amigos lectores, aquí su amiga cincuentona saludándoles con el gusto de siempre. En esta ocasión quiero abrir con ustedes el canal de comunicación, para debatir y conversar acerca de un tema que, en lo personal, me resulta incendiario y peligroso, si partimos de su naturaleza ambigua y relativa. EL PRIVILEGIO; evidentemente abordaré el tema a partir de mi experiencia y opinión personales, como siempre lo hago.
Comienzo esta colaboración compartiendo con ustedes que he sido catalogada innumerables veces de “privilegiada”, y en otras menos afortunadas, sentenciada con la frase “apestas a privilegio”.
Bien vale la pena señalar que la opinión pública y especialmente las redes sociales han convertido el concepto (tergiversado) de “privilegio” en un arma de linchamiento social, sin tener una previa comprensión de las experiencias personales, esfuerzos, problemas, trabajos o situaciones a los que se enfrenta diariamente el “acusado” o la “acusada”.
Y lo que me parece más hilarante (preocupante en realidad) de este fenómeno de incitación al odio, es que (habitualmente) la gente que se da el lujo de acusar y estereotipar a los demás, cree ser muy profunda en sus análisis (si es que se le puede llamar así); que gozan de una ventaja moral para etiquetar y señalar........
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