Hay momentos en los que todo encaja: las ideas fluyen, los equipos se entienden a la perfección y el trabajo se convierte en algo más grande que la suma de sus partes. Así como en una orquesta, donde la magia ocurre cuando cada instrumento aporta su voz en el momento justo, las empresas necesitan líderes capaces de crear esa armonía.

Un verdadero liderazgo no se impone, se compone. Es la capacidad de escuchar más allá de las palabras, de leer los silencios, de unir talentos distintos para crear algo que trascienda. Así como una orquesta necesita dirección para lograr armonía, los equipos necesitan líderes que entiendan cuándo entrar, cuándo ceder y cuándo dejar que otros brillen.

Un director de orquesta conoce con exactitud cada instrumento, entiende sus particularidades y sabe cuándo es su momento de brillar. De manera similar, los líderes empresariales excepcionales identifican las fortalezas únicas de cada miembro de su equipo. Por ejemplo, cuando el contador debe tomar protagonismo en una presentación financiera, cuando el área de marketing debe liderar una campaña, o cuando el equipo........

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