El Rey que nos falta
Platón nos legó un diálogo enigmático que hoy suena como profecía. El dios Theuth, orgulloso de sus inventos, acude ante el rey Thamus. Trae números, geometría, astronomía… y un último regalo: la escritura. “Será un remedio para la memoria y la sabiduría”, promete. Thamus lo escucha, pero no se deslumbra. Responde con dureza: la escritura no dará memoria, sino olvido; no traerá sabiduría, sino la apariencia de saber. La llamará phármakon: remedio y veneno al mismo tiempo.
Ese mito debería resonar como advertencia en 2025. Cada día aparecen nuevos Theuth modernos -ingenieros, programadores, visionarios de Silicon Valley- que presentan sus inventos con idéntico mesianismo: relojes que nos vigilan el pulso, aplicaciones que ordenan nuestra vida minuto a minuto, inteligencias artificiales que contestan en segundos. Y como entonces, la pregunta no es si hay que prohibirlos, sino si tendremos la lucidez de Thamus para preguntar: ¿qué curan y qué enferman en nosotros?
El GPS, por ejemplo, nos promete eficiencia. Pero la neurociencia muestra lo que........
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