#ColumnaInvitada | La Roma huele a pan fermentado, flat white y a desalojo
Un domingo cualquiera en la Condesa: largas filas frente a restaurantes con menús en inglés y selfies en cada mesa. A unos pasos, una tiendita tradicional cierra sus puertas para siempre, incapaz de competir con el aumento desmedido de rentas y el cambio en los clientes. Esta no es solo una transformación estética, es un cambio social que tiene consecuencias profundas para quienes habitan la zona desde hace años.
Los restaurantes “de moda” y los cafés con términos extranjeros en la carta no son solo espacios para comer. Son motores que atraen inversión, turistas y un nuevo perfil económico que puede pagar 30, 35 mil pesos mensuales por un departamento. Eso tiene un costo: expulsar a vecinos, cerrar locales tradicionales y transformar la identidad de las zonas.
La llegada de extranjeros y nómadas digitales a la Roma y la Condesa no es en sí un problema, pero es parte de un modelo de ciudad que privilegia sus bolsillos sobre las comunidades que llevan generaciones ahí. No es solo un fenómeno de gustos, es una cuestión económica y social. Cuando los menús se escriben en inglés y las tiendas locales desaparecen, la ciudad cambia para quién es, no para quién fue.
Es importante subrayar que estas protestas y el rechazo social que han surgido no deben confundirse........
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