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Sin mantenimiento

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16.09.2025

Calles destrozadas, carreteras inservibles, transporte público ineficiente e inseguro, infraestructura urbana colapsada, incapacidad de generación de energía, aeropuertos obsoletos, etc. Uno podría pensar que esta suma de problemas es resultado de una ola de mala suerte o simples coincidencias por súbitas condiciones económicas o climáticas. Pero no es así. La razón es mucho más profunda y preocupante. Tienen que ver con temas de una mala serie de decisiones en políticas públicas y propuestas con inclinaciones electorales cortoplacistas. La esencia es que lo que no se hace bien, y lo que no se mantiene, no puede estar en orden. No hay atajos.

Vayamos a la historia y la realidad de las cosas. Corría el fin del Siglo XX y en el año 2000 se dio un fenómeno importante de transiciones políticas en el país. Por un lado, llegó el primer Presidente no de extracción príista en más de 7 décadas al país en la persona de Vicente Fox Quesada – un acontecimiento de la mayor trascendencia porque se propició la alternancia en el Ejecutivo Federal en forma pacífica. Y ese mismo año asumió la titularidad del gobierno de la Ciudad de México un tabasqueño (que de hecho no debería haber participado en la elección porque no era residente en ese lugar) de nombre Andrés Manuel López Obrador. A partir de esa fecha esta persona inició su campaña local y nacional para que a base de populismo pudiera lograr acceder al poder federal. Para hacerlo vio que una forma de ganar el beneplácito del electorado era la de hacer entregas directas de recursos, ampliando lo que ya se venía haciendo desde otros gobiernos previos a nivel federal, pero bajo la modalidad de no exigir contabilidad ni progreso a los destinatarios, sino más bien pedir reconocimiento de la paternidad en la entrega directa para generar una afinidad con obligación de repago en procesos electorales. Y casi lo logra en 2006, pero a base de perseverancia y enormes errores en la oposición se dio la tormenta perfecta para que ganara la elección en 2018. Y pronto se empezaron a ver los problemas del arribo de alguien con ideas populistas y nula vocación de planeación o seriedad en la toma de decisiones.

Hasta ahí se podría pensar en que lo que se hizo por parte de quienes impusieron esta ola populista fue una simple opción presupuestal sin un problema de fondo. Pero no fue así, el punto es lo que sigue. Si partimos de la base esencial que es que los recursos públicos son finitos, entonces el tema toral es de donde sacar más dinero si se crean nuevos destinos para uso del erario. Y ahí es donde viene el origen de la contingencia. Lo que se hizo fue quitar recursos a todos los programas y procesos de mantenimiento de equipos e instalaciones. Se eliminaron las inversiones de lo que involucraba dar a artefactos,........

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