No normalicemos
Vaya preocupación cuando en un país nada funciona. Pero lo más grave es que nos vayamos acostumbrando a que la pérdida de derechos y libertades son algo tolerable o aceptable. Nada más lejano a una realidad como la que debemos aspirar a tener todos los días y en todos los momentos.
El aceptar la dilución en la calidad de vida para todos los habitantes no es sino reflejo de una situación de menosprecio personal y de no entender que es papel de la población la exigencia permanente de resultados y la corrección de políticas públicas no rentables. Sí podemos y debemos tener un mejor país.
La popularidad que se pueda tener en un momento dado no es sinónimo de eficacia o de un buen gobierno. Los peores gobiernos autoritarios en la historia han sido muy populares por algún tiempo hasta que el sistema colapsa porque demuestra su verdadera esencia que contrasta y compite con la realidad de un sistema que no genera resultados, sino solamente excusas, polarización, culpas y destrucción institucional.
Veamos algunos de los temas en que no se puede seguir pretendiendo que el país marcha bien. Hablar de estos temas es clave para que no perdamos la capacidad de asombro e indignación cuando se trata de entender los problemas que se siguen dando y que no se van a resolver sin atención específica. Basta de simulaciones y engaños. Basta de destruir México.
Sistema de salud: Se han encargado de evaporar todos los sistemas de suministro de insumos, vacunación y servicios en hospitales. El resultado es que tenemos la peor situación de atención a todos los que demandan atención médica, incluyendo los menoscabos enormes en distribución de medicinas, atención y prevención.
Medio ambiente: El respeto a la normatividad ambiental nunca había sido tan débil e inexistente. Las obras faraónicas resultaron en un ejemplo de como depredar ecosistemas enteros, destacando lo que ocurrió en toda la ruta del Tren Maya en que sin la mínima consciencia se destruyó todo a su paso. El impacto adverso de la refinería Dos Bocas no se queda atrás en cuanto a daños ambientales se refiere.
Seguridad en carreteras: Ya no es posible circular en el país sin ser objeto de posibles robos, lesiones y homicidios. Viajar es una ruleta rusa. Los sistemas de vigilancia ya no existen y la Guardia Nacional se ha convertido en un grupo de adorno y nulas capacidades operativas. Estamos todos muy vulnerables por la incompetencia del gobierno. Delincuencia feliz.
Robo de combustibles: La forma en que se ha permitido el huachicol es ya de pronósticos reservados. La forma más extrema es la parte del huachicol fiscal que implica un robo directo a la hacienda pública al realizarse la omisión en el pago de impuestos, todo con la complicidad de autoridades aduaneras y de seguridad. Un negocio ilícito redondo a costa del país.
Irregularidades en puertos y aduanas: Se han encargado de reventar la operación en aduanas y puertos, dejando que se controlen por la delincuencia organizada y las fuerzas armadas. No hay sino otra fuente de negocios en que el gobierno y los delincuentes se asocian para ganar dinero destruyendo la nación.
Carencias energéticas: En el momento más........
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